1.4.09

INTIMA.

Veo barrotes invisibles e indivisibles
de este reo forzado a caminar,
en cárcel de sombras y granito.

Con tu sombra incrustada en mi costado
transito la distancia, tacto-fuego.

Traslado su fragancia hasta mis rejas,
haciendo doblegar mis rodillas y mis ojos,
a la imagen que reflejan los espejos.

Presiento tus manos cautelosas,
intentando perfilar el aura de mi cuerpo

Yo avanzo un paso más,
tutelando las puntas de tus dedos.

Me disuelvo en llamas gritando tu nombre,
descorriendo las cortinas de mi sexo.

Y me traduzco en Venus en tus brazos,
para habitar en aras del deseo.

Isabel Sánchez Vizcaíno


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